Annabel Lee de E. A. Poe

Esta semana me gustaría que nos acercásemos a la poesía de Edgard Allan Poe (1809 – 1849), uno de los más importantes autores norteamericanos que, considerado uno de los padres del género de terror, será sobre todo recordado por sus relatos agrupados en “Las narraciones extraordinarias”. En ellos nos muestra algunos de sus temas favoritos, la fatalidad del destino, la certeza de la muerte, la locura humana, el amor que traspasa todas las fronteras,… y también nos presenta a uno de los personajes más interesantes de la historia de la literatura, Auguste Dupin.

A quién haya leído cualquiera de los tres misterios resueltos por este sagaz detective no le extrañará que Sir Arthur Conan Doyle, creador del mítico personaje Sherlock Holmes, dijese “si cada autor de una historia en algo deudora de Poe pagase una décima parte de los honorarios que recibe por ella para un monumento al maestro, se podría hacer una pirámide tan alta como la de Keops”.

Sin embargo, como cada lunes, lo que quisiera recordar es su creación poética, y aunque como de costumbre es dificilísimo decidirme, les presento Annabel Lee, que reúne la mayor parte de los rasgos del romanticismo.

Si bien, para aquellos que sean capaces de entenderla en su idioma original, recomiendo la versión en inglés, para los que no dejo aquí una traducción.

ANNABEL LEE
Hace de esto ya muchos, muchos años,
cuando en un reino junto al mar viví,
vivía allí una virgen que os evoco
por el nombre de Annabel Lee;
y era su único sueño verse siempre
por mí adorada y adorarme a mí.
Niños éramos ambos, en el reino
junto al mar; nos quisimos allí
con amor que era amor de los amores,
yo con mi Annabel Lee;
con amor que los ángeles del cielo
envidiaban a ella cuanto a mí.
Y por eso, hace mucho, en aquel reino,
en el reino ante el mar, ¡triste de mí!,
desde una nube sopló un viento, helando
para siempre a mi hermosa Annabel Lee
Y parientes ilustres la llevaron
lejos, lejos de mí;
en el reino ante el mar se la llevaron
hasta una tumba a sepultarla allí.
¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-,
llegaron a envidiarnos, a ella, a mí.
Y no más que por eso -todos, todos
en el reino, ante el mar, sábenlo así-,
sopló viento nocturno, de una nube,
robándome por siempre a Annabel Lee.
Mas, vence nuestro amor; vence al de muchos,
más grandes que ella fue, que nunca fui;
y ni próceres ángeles del cielo
ni demonios que el mar prospere en sí,
separarán jamás mi alma del alma
de la radiante Annabel Lee.
Pues la luna ascendente, dulcemente,
tráeme sueños de Annabel Lee;
como estrellas tranquilas las pupilas
me sonríen de Annabel Lee;
y reposo, en la noche embellecida,
con mi siempre querida, con mi vida;
con mi esposa radiante Annabel Lee
en la tumba, ante el mar, Annabel Lee.

Traducción de Carlos Obligado para www.amediavoz.com

Finalmente, a modo de curiosidad, también me parece interesante el video de la adaptación que Radio Futura hizo de esta creación del maestro de Boston.



Autor: Roberto Samper

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran articulo, Robert. En efecto, Allan Poe es uno de los más grandes escritores en lengua Inglesa que han existido. Ya sea de misterio o no, su poética turbia y atrayente a la vez ha creado escuela. Tanto es asi, que como dices, el gran Sir Arthur Conan Doyle reconocio que sin el Dupin de Poe no existiria su Sherlock Holmes. Por lo tanto, Poe, entre otros muchos meritos, tiene el de la creacíon de la novela policiaca y el detective deductivo que resuelve los casos. Luego vendrian el mismo Holmes, Sam Spade, Philip Marlowe, los Charles, Charlie Chan, Miss Marple, Hercules Poirot, etc.

By Mister Lennon.

Roberto Samper dijo...

Gracias por tu comentario, como dices la lista de "herederos de Dupin" es larga, y no deja de ser curioso puesto que para mí aún mejores son sus relatos de terror, sobre todo esos en los que la locura se va desarrollando en el protagonista a medida que avanzamos en el relato. Si tuviese que recordar alguno en especial quizás me quedase con "El gato negro", aunque no sé si estaría satisfecho resumiendo ese genial libro en sólo una de sus joyas...

Queen Galadriel dijo...

No he tenido el placer de leer nada más de A. Poe, pero me parece precioso que que tengamos en este blog un ricón para la poesía, que parece estar un poco marginada del plano actual de literatura, a pesar de su belleza innata.
Te mando un cálido beso Roberto.