Divino Mozart


Los de mi generación tuvimos que fabricarnos nosotros mismos el gusto por la música clásica. Como crecimos en tiempos de tinieblas, la música culta la asociábamos a los rituales de Semana Santa, a los días en que todo estaba prohibido, cuando la gente hablaba bajo, estaban cerrados los bares y los cines, y las radios sólo emitían Bach y gregoriano. Músicas de muertos, pensábamos entonces con nuestra supina ignorancia en aquellos tiempos en que aún cantamos el Cara al Sol en el patio de recreo, y dábamos Formación del Espíritu Nacional con el Fuero de los Españoles, la doctrina de José Antonio y las gestas del invicto caudillo. Con el tiempo hemos llegado a apreciar la bondad y la inspiración de los maestros. Bach, Vivaldi, Beethoven, Chopin, Mahler, Verdi, etc. El barroco italiano, el clasicismo. En una película francesa se produjo nuestro primer descubrimiento del concierto para clarinete, KV 622, de Mozart. Su adagio de poco más de seis minutos es una de esas piezas sublimes, etéreas, dictada por algún dios del olimpo al cerebro del compositor. Ha servido para poner música a innumerables películas, entre las que recordamos aquella memorable titulada Memorias de Africa. Entre otras versiones, citaríamos la de Sabine Meyer con la Staatskapelle de Dresden. Una belleza que va y viene, una espiral que regresa una y otra vez para gratificar al oído.

En aquella célebre película Amadeus, rodada en Praga por Milos Formann se decía que Salieri envenenó a Mozart por celos artísticos. Tras aquel impacto cinematográfico, hace casi veinte años visitamos Salzburgo, la casa natal y el palacio del siniestro obispo, también el cementerio de Viena en el que yacen, en puro amasijo, los restos de Mozart revueltos con los de otros muchos ciudadanos muertos en aquella misma fecha por alguna peste o similar. Alguna pregunta nos surgió entonces. ¿Era Wolfgang Amadeus tan loco y lujurioso que perseguía a las chicas sin parar, se tiraba pedos continuamente, era tan bebedor y derrochador como se nos indica en el film, era tan inconstante como su mujer? Los biógrafos nos darán su interpretación sobre esto y aquello, y lo único cierto es que hoy acudimos al genio como un enviado de lo hermoso en grado sumo, un inspirado melancólico, un eufórico armonioso, un racionalista que fue masón, un católico que hizo un Réquiem conmovedor, un fundador del género operístico, un autor de arias insuperables como las de Las bodas de Fígaro o La Flauta mágica, sinfonías, conciertos de piano y violín, etcétera. Dentro de otros veinte siglos, si el mundo sigue existiendo, habrá gente que disfrute con la misma frescura que ahora lo hacemos con las grabaciones del genio de Austria. Un alarde de eternidad, ni más ni menos que eso.

Autor: Luis León Barreto

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran recordatorio de Leon Barreto a esa figura mitica y eterna, como bien ha dicho, de Wolfang Amadeus Mozart. Que decir del genio Austriaco que no se haya dicho ya? Pues un privilegiado , un superdotado de la musica con un instinto prodigioso, un oido musical de otro mundo y una capacidad para componer realmente mágica desde su mas tierna infancia. Y se ha demostrado que era el musico clasico con menos errores en sus anotaciones. Mientras que en los libretos de gente como Bethoven o Bach habian muchos garabatos y errores, los de Amadeus Mozart eran casi impolutos, nacido con el don de la perfeccion musical y la composicion cuasi divina.


No se si la imagen de lujurioso bobalicon que se ofrece en el film Amadeus ( una gran pelicula de Milos Forman, tambien autor de alguien volo sobre el nido del cuco o hair, con unas interpretaciones de quitarse el sombrero de Tom Hucle como Mozart y sobre todo de un extraordinario F. Murray Abraham como el envidioso Salieri, y que ganara el oscar por su espectacular performance) se ajusta del todo a la realidad, todo es segun la biografia que se lea, pero sin duda es un retrato de Mozar absolutamente delicioso y magistral, pero aun asi, nada alcanza la majestuosidad de sus composiciones.

Mozart es sin duda un loco eterno, y como decia Salieri en su manicomio en el film de Forman: " locos del mundo , rebelaos".

Anónimo dijo...

Joder…acabo de tener varios orgasmos al leerte supuesto amigo y escuchando esta maravilla, pues ya te puedes imaginar.

Tengo una amigo que suele escuchar música clásica, la pone en su casa mientras estudia, piensa o simplemente para acompañar su soledad. He sido testigo como su madre le ruega que quite esa música de muertos “quita eso, parece música de cementerio”.

Ya se lo que piensan, yo también flipo. Creo que soy un poco más joven que ustedes, pero he tenido la suerte de crecer en un ambiente, en la que la palabra música, era algo como comer todos los días. Gracias a mi madre, descubrí a todos estos genios de los que hablas supuesto amigo Luis.

Me gusta Mozart…pero soy más de Bach.

Supuestos saludos