Cocainómanos

Lo escribió Daniel Mollet: somos una de las regiones del mundo con mayor consumo de cocaína. Tenemos las tasas más altas en el país más consumidor del mundo. En la ruta canaria en los últimos 16 años han sido capturadas 54 toneladas de cocaína, y con ellas obtendríamos una raya de 10.000 kilómetros de largo. Punto estratégico entre tres continentes, estamos en una de las grandes rutas de distribución. Lo capturado por la policía es apenas la quinta parte de lo que se está moviendo en el mercado. Hay ya centros especializados para recuperar a quienes padecen esta adicción. Hemos oído a más de una familia maldecir a los políticos de nuestra tierra que consienten este panorama, tal vez porque alguno de ellos tiene poderosas razones para esgrimir esa tolerancia que ha machacado el futuro de muchos jóvenes prometedores y de más de cuatro treintañeros. La coca, el hachís, el éxtasis, etcétera. La Dama Blanca sigue creciendo en la Unión Europea, con España a la cabeza, y la edad de los consumidores desciende vertiginosamente. La droga más usada en nuestro país, y en el resto del mundo, es el cannabis, y se calcula que 75.000 canarios esnifan o fuman regularmente polvo blanco. Las rayas corren con facilidad por despachos de alto nivel, hoteles de cinco estrellas, distinguidas discotecas, entre profesionales de renombre, etcétera. Con cierta frecuencia los traficantes regalan droga a jóvenes para hacerlos adictos, lo importante es ampliar el negocio y consolidar nuevos clientes. En TVE pusieron hace poco un reportaje sobre las madres niñas de Jinámar donde un tropel de jóvenes se jactaba de ser traficantes.

¿Es nuestro futuro el de un pueblo repleto de enfermos mentales y muertos precoces por infarto? La opinión la han formulado médicos especialistas en drogodependencias. La coca es una droga “elegante” para algunos y casi todos los consumidores están convencidos de que ellos “controlan” su adicción, que tienen poder sobre ella. Pero no es exactamente así, abundan los sustos en urgencias, sobre todo los fines de semana. Con todo este negocio tan boyante, no es raro que cada vez haya más embarcaciones dispuestas a traer el blanco maná para los consumidores. La euforia, la capacidad conversatoria, la agilidad mental, son efectos momentáneos tras la toma pero a la larga puede aumentar la ansiedad, igual que la posibilidad de paro respiratorio y las complicaciones cardiovasculares. Lo cierto es que ahora mismo Canarias prolonga el negocio de los narcos de Colombia y Venezuela. Los contactos aquí son empresarios o profesionales acomodados, de importante nivel económico. Ya decimos que la coca es la droga “cinematográfica” por excelencia, en las películas y en las series de TV circula tan exquisito veneno.

Autor: Luis León Barreto

4 comentarios:

Alfonso dijo...

Sin duda creo que la droga es el principal problema de este país, antes que el paro o la subida del precio de los alimentos por la escalada del petróleo. Sirva como ejemplo que más de la mitad de los cerca de 50.000 reclusos de las cárceles españolas lo son por ese motivo... Sin embargo, ¿es problema de la dejadez de los políticos? Creo que hay que ir más al fondo, esta sociedad de los lúdico impone valores morales en los que la diversión a cualquier precio incluyen el consumo de drogas como algo casi "natural". Además la cocaína en particular es una droga asociada al éxito socioeconómico, en una sociedad de consumo suicida. En definitiva, más educación social creo que es la principal vía de solución.

Anónimo dijo...

Buena reflexión de Alfonso. Vivimos en la cultura del disfrute individual, del escapismo, que es lo que nos transmiten los norteamericanos. Diversión y hedonismo particular, "en una sociedad de consumo suicida", tal como dice el comentarista.

Anónimo dijo...

Es este de las drogas y la cocaina un tema bastante espinoso. En mi humilde y trasnochada opinion pienso que el consumo de las drogas es algo muy personal, el problema , como en todo, es cuando viene el exceso. La educación social, como en tantos otros temas, es tambien fundamental, el saber decir no, el autocontrol, etc. Lo nefasto y pernicioso es cuando , como ha dicho Leon Barreto, se vuelve un tipo de disfrute elitista como pueda serlo un cigarrillo o una copa de champan.


Siempre digo lo mismo en estos casos, libertad de eleccion, pero tambien con conocimiento de causa y autocontrol y saber con exactitud que es lo que se consume o lo que se podria consumir y si quieremos hacerlo y si podemos controlarlo o no.

Roberto Samper dijo...

Bueno, yo ya he expresado mi opinión en el corto del viernes, pero quisiera recalcar que si bien los efectos del consumo de cocaína son muy perjudiciales, me da escalofríos pensar que la mitad de los reos españoles estén en prisión por temas relacionados con el tráfico de drogas, sobre todo me preocupa aquellos a los que se haya encerrado en relación a drogas que en otros países son legales... no acabo de entender que el que venda tabaco y alcohol sea un prestigioso empresario y el que vende marihuana sea un delicuente.
En cuanto al consumo de cocaína como signo de status social, me recuerda a un estudio de la Universidad de Navarra sobre el consumo de cannabis que la consideraba una droga cuyo consumo tiene cierto "romanticismo". En ambos casos creo que es cierto, pero no demonizaría ni a sus consumidores ni a la sustancia en sí.