7:35 de la Mañana

En el año 2005 Nacho Vigalondo fue nominado al Óscar a "mejor cortometraje" por este sensacional trabajo en el que demuestra que en ocasiones una idea, por simple que parezca y poco presupuesto del que se disponga, puede dar un magnífico resultado si se acompaña de las dosis de creatividad e ilusión necesarias.
Una lección para todos los que se quieren adentrar en el mundo de la dirección así como quizás un toque de atención a aquellos que gozando de multimillonarias compañías y despampanantes repartos, no consiguen evitar que algunos nos aburramos en las salas de cine con relativa asiduidad.




Este cántabro nacido en 1977, no obtuvo el máximo galardón de la Academia de Hollywood por su "7:35 de la mañana", pero si algunos otros premios entre los que destacan el de mejor corto en el Festival de Cine Europeo y en el Iberoamericano. Además la fama le valió un contrato para dirigir su primer largometraje: Los Cronocrímenes, de 2007.

Activo Blogger, en numerosos espacios distintos (en estos momentos escribe habitualmente en el de ELPAIS.com). Nacho Vigalondo se ha convertido en una figura emergente de la que quizás, ojalá, oigamos hablar algún día a la altura de otros, de los que él considera que debe aprender, como Alex de la Iglesia.


Autor: Roberto Samper

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sí, buena demostración la de Vigalondo, de que no es mejor el que más tiene sino el que menos necesita.
Jo, a mí nunca se me han declarado de una manera tan... impactante.