Crónica de los Baftas
Llego el viernes al mediodía y después de una sucesión de trenes, metros, preguntas y perdidasvarias y algún intercambio de palabras con algunos bobbies, llego a mi hotel en Limehouse, al lado de calles con nombres tan sugerentes como la bahía de los perros o la avenida del carnicero. Evidentemente, no encontré nada mas barato por la ocupación hotelera Londinense debido a los Baftas. La recepcionista me ve cara de italiano y me habla en italiano, yo ni idea. La comida aceptable y la habitación, idem. Hago un par de días de turismo y paseo por tiendas varias de souvenirs, comestibles, libros de cine y de música y soy confundido por la calle o al menos algunos graciosos de turno me llaman John Lennon debido a mi parecido con el Beatle y mis varios mismos modelos de gafas. El mercado de Covent Garden, abarrotado y una maravilla en el que te pierdes un día entero encontrando cosas la mar de curiosas. Pregunto en el Opera House y me dicen que la ceremonia será a sobre las siete y la llegada de las estrellas a partir de las cuatro o cinco, me hago mis planes y mis cálculos y espero al día siguiente.
Domingo: llego a eso de las 12 de la mañana a una cola al lado de Covent Garden que ríase usted de un Madrid- Barça. Nos ponen a todos unos brazaletes rojos para reconocernos y que nos dejen pasar, el que no lleve brazalete, se queda fuera. Me siento un poco como un judío en un campo de concentración. La concentración policial , periodística y de gente es gigantesca En la cola me hago colega de un tipo llamado Mark, oriundo de Gales. A eso de las dos los bobbies nos hacen pasar y el amontonamiento de gente, empujones y codazos, es abrumador. Tengo algunas palabras con algún pelmazo que se pasa de listo para pasar primero y con algunos bobbies que más parecen conductores de ovejas que policías facilitando la entrada a la gente. Después de este jaleo, nos hacen pasar a ambos lados de la alfombra roja detrás de las vallas no sin antes comprobar nuestras mochilas, bolsillos y brazaletes. Yo solo llevo mi mochila, mi cámara de fotos y un bloc de notas. Yo estoy en el lado de la derecha más o menos en la segunda fila metiendo la cabeza en la primera.
Pasan dos largas horas con un montón de periodistas preparándose y una bobbie que me mira con cara de pocos amigos vaya usted a saber porque. Me imagino que la tía debería tener un mal día impresionante.
Empiezan a llegar los famosos. El primero es Ricky Gervais, firma unos cuantos autógrafos y pasa de largo. Luego pasan unos cuantos famosetes de la televisión británica, que vaya usted a saber quienes son, al menos para este quien les habla. A mi lado me dicen que alguno es del gran hermano británico, no se que pintará esta gente por aquí, pero bueno, vamos a lo importante.
Siguen desfilando famosos y yo alucino cada vez más. Andy Serkis, una guapa Rosamund Pike, el pelma de Cuba Guding Junior y empieza lo gordo. Tilda Swinton, Kevin Spacey, Sienna Miller, Ian Mckellen, Anthony Hopkins, Jeff Goldblum, El doctor House, y yo alucinando en colores con esa cantidad de gente en el mismo espacio de terreno que yo. De ellos solo paso por mi lado Tilda, que parece ser bastante sencilla y amable en el trato.
Viene EL MOMENTO. Miro para el lado de donde viene la gente después de estar un rato aburrido y haber metido la cámara en la mochila, Y AHI ESTA ELLA. MISS JULIE CHRISTIE in person. Viene con una camisa negra, pantalones estampados y pelo rizado. Yo alucino en colores, no reacciono, me quedo en blanco. Cuando al fin vuelvo en mi, abro mi mochila y saco la foto, pero Julie se dirige al otro lado y esta un buen rato de espaldas a mi hablando con los periodistas. Aparto al colega Mark y me pongo en primera fila de mi lado, saco unas cuantas fotos de Julie de espaldas y todo esto con su compañero sentimental, Duncan Campbell, periodista de The Guardian de pelo canoso largo estilo director de orquesta , a unos tres o cuatro metros de mi. Me desgañito como pocas veces lo he hecho, JULIEEEE, MISS CHRISTIEEEEEEEE, IM HEREEEEEEEEEEE, JULIEEEEEEEEEEEE. Pero nada, no me escucha. Campbell me mira un par de veces y le devuelvo la mirada, Mal rollo entre nosotros. Yo sigo llamándola y el tipo sigue con cara de pocos amigos. La bobbie anterior también me dirige alguna que otra mirada. Entre esto, pasa justo a mi lado Marion Cotillard. Aprovecho y la saludo, parloteo algo de ingles con ella y me parece una chica simpatica y encantadora a mas no poder. Pasa Javier Bardem muy rápidamente. Llega Viggo Mortensen y firma unos cuantos autógrafos, ¿arriba San Lorenzo?, le digo, ¿arriba? dice él y se ríe. Llega Daniel Radcliffe, el que hace de Harry Potter y firma más autógrafos.
Llega otro de los momentos de la noche, justo a mi lado esta nada más y nada menos que el gran Daniel Day-Lewis. Firma unos cuantos autógrafos y le saludo dándole la mano, él me corresponde e intercambiamos algunas palabras, básicamente le digo que es un placer para mí y que felicidades por su trabajo, y el me da las gracias. Luego esta un rato hablando con Viggo Mortensen y se va para el otro lado a hablar con Julie. Luego Marion Cotillard se va para ese lado y también se pone a parlotear con Julie muy efusivamente. Sigo con mi griterío y con el JULIE, IM HEREEEEEEEEEE, MISS CHRISTIEEEEEE, pero nada. Ocurre que el griterío es ensordecedor y todo el mundo esta llamando a los actores. Pasan por allí Orlando Bloom, Ridley Scott, Julian Schnabell, Keira Knightley y James McAvoy. McAvoy está también un rato hablando con Julie muy efusivamente. Cuando Julie se va a marchar a la entrada del Opera House le grito con todas mis fuerzas, y éste es EL OTRO MOMENTO DE LA NOCHE: se detiene, mira hacia donde estoy y me saluda con la mano y sonríe, yo también la saludo con la mano y sonrío. El tal Campbell que va detrás me mira con la misma cara de mala gaita, pero esta vez paso de el porque estoy en otro mundo en ese instante.
Una vez acabada toda la alfombra roja, los bobbies nos despejan de allí. Despúes de ir al metro y evitar una botella de un ingles cáfre más borracho que una cuba me lanza a los pies debido a su estado de embriaguez, veo en la tele del hotel la ceremonia de los premios de cine británicos, mas conocidos como los Baftas anteriormente citados y como un comité de ineptos le dan el premio a la señorita Cotillard teniendo en casa a la diosa british, miss Julie Christie. Se me queda cara de idiota después de darle la mano y hablar con la Cotillard y darle suerte para la victoria de una manera tan fortuita. Esta es una de las noches en que mejor me hubiera estado calladito y con las manos en los bolsillos en vez de largar tanto y ser tan efusivo. Al día siguiente, más trenes, más metros, más aviones y ahora mismo estoy escribiendo esta crónica .
En resumen de este peculiar cronista que les habla o les escribe: gran experiencia, muchos actores y actrices vistos de cerca, saludo y sonrisa de mi actriz favorita y musa, y viaje totalmente compensado por lo acontecido. En el futuro habrán más Baftas, más entregas de premios, más premieres y más acontecimientos que estos miopes ojos habrán de contemplar y narrar, o al menos eso espero. A pesar de lo cursi que me ha quedado este último párrafo, espero que se hayan divertido con esta crónica o que al menos no se hayan dormido, y si lo han hecho que al menos hayan soñado cosas de provecho.
Cortando el rollo y mas dichoso que uno del PP con una foto del tío Paquito Franco en su mesilla de noche, les ha hablado Mister Lennon desde Strawberry Fields.
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