Un Perro Andaluz
En 1929 dos de los mayores genios del siglo XX unieron su creatividad para plasmar el surrealismo en el cine de un modo irrepetible. Su obra, famosa en el mundo entero y homenajeada por muchos de los mejores directores desde Hitchcock a Tim Burton pasando por Truffaut, David Lynch, James Cameron, Dario Argento o incluso Pedro Almodóvar, entre otros; nos conduce por un entorno onírico lleno de simbolismos y callados gritos de desesperación.
La fuerza de las imágenes durante los casi 16 minutos de duración de esta creación artística, no está exenta de relación con el mundo real y es que a pesar de que los dos planos más famosos, el del ojo y el de las hormigas, provienen de sueños, de Buñuel y Dalí respectivamente; también encontramos referencias a Lorca, el “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez o los cuadros de Vermeer, todos iconos de admiración o animadversión para la dupla de guionistas.
La banda sonora, compuesta por fragmentos de Wagner y un par de tangos, fue añadida con posterioridad por el propio Buñuel en 1960, respetando el sonido que solía acompañar la proyección de su obra desde el día del estreno.
En esta ocasión, con aún más énfasis, recomiendo dejar en pausa ambos videos hasta que se terminen de cargar (cuando la barra roja junto al botón de play llegue hasta el final) antes de empezar a verlo, puesto que sería una pena que inoportunas interrupciones destrozasen el ritmo de esta genial creación.
Un Perro Andaluz parte 1 de 2
Un Perro Andaluz parte 2 de 2
A los que estén acostumbrados a la obra de Dalí les resultará menos caótica la sucesión de metáforas de este corto, ya que si avispas que zumban mientras duermes se convierten en tigres que rugen en tus sueños, resulta incluso lógico que un libro en las manos se vuelva un arma con la que disparar a alguien, y que la pasión nos posea para luego, sin que sepamos por qué, la imagen de la amada se desvanezca cuando una parte de nosotros muere. En el reino de Hipnos somos uno y muchos a la vez, el tiempo no tiene sentido y nuestro pasado cobra vida una y mil veces de distintas formas a veces aún más aterradoras de lo que las recordamos. Actuamos por instintos y deseos ocultos en nuestro subconsciente, nos rebelamos contra la represión y en definitiva, todo es más de lo que parece ser. En un perro andaluz también.
Como curiosidad, para aquellos a los que como a mí, nos gustan los cameos de los autores en sus obras, el joven que afila la navaja y luego corta el ojo de la chica es Buñuel y uno de los sacerdotes arrastrados con el piano alrededor del minuto siete con cuarenta segundos del primer video, es Dalí; auto-retratándose ambos al más puro estilo Hitchcock.
Para terminar quisiera recomendar, a quienes deseen profundizar un poco más en la obra del genio aragonés y del maestro catalán, el visionado de: "Simón del Desierto", un mediometraje realizado en México cuyo desenlace sorprende por lo actual que resulta; y la escena del sueño de “Recuerda”, del maestro británico del suspense, creada por Dalí bajo la premisa de que los sueños no son difusos como nos los muestran en la mayoría de los films, sino terriblemente diáfanos y atormentadamente simbólicos.
Autor: Roberto Samper
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