Amor, la palabra más hermosa
El uso de las palabras determina el estado emocional de las personas, las hay para los benditos momentos de euforia y también para los instantes de crisis, para los días bajos. Ellas mismas son tan contradictorias y apasionadas como la propia vida que lleva cada cual. ¿Cuál es la palabra más bonita en el idioma español? La encuesta de la Escuela de Escritores movió en internet a más de 41.000 participantes, que han elegido mayoritariamente el vocablo amor, seguido de libertad, paz, vida, azahar, esperanza, madre, mamá, amistad, libélula, amanecer, alegría y felicidad. Veinte mil de esos participantes eran de España y otros tantos de América: México, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Costa Rica registraron la más alta participación. De cualquier forma, todo esto es muy subjetivo: hay quienes han votado por palabras digamos extrañas como antiflatulento, apotegma, agujeta y un largo etcétera. Hay quienes por encima del significado de cada término han votado por aquellas voces que suenan bien: mandarina, caleidoscopio, azahar, armonía, luciérnaga, nostalgia, susurro. Incluso la palabra chocolate ha figurado entre las cien más votadas, al igual que lo han hecho algunas de origen árabe: almohada, albahaca, alféizar, jazmín. También la palabra mar estuvo entre las cien preferidas, igual que sucedió con agua, perdón, rocío, sol o sonrisa. Todo esto viene a demostrar la sonoridad del idioma, su riqueza y también su complejidad.
Amor es una palabra bella, breve y también contundente. Viene del latín, como el setenta por ciento de lo que hablamos cotidianamente. Algunos participantes en la encuesta han señalado que amor es la palabra que lo define todo, sintetiza el mejor sentimiento que los seres humanos pueden expresar. Define el impulso vital, la generosidad, el afecto hacia los demás No deja de resultar paradójico que en estos tiempos en que el amor se convierte en algo vertiginoso y efímero exista una tal nostalgia del amor. Pero las crisis de las parejas no vienen sino a reafirmar la validez del amor, la sublimación de este impulso casi utópico. Cuando la gente se casa se promete amor hasta que la muerte separe a los cónyuges, pero hay matrimonios que se divorcian cuando han llegado a los ochenta años. Están en la edad en que más se necesitan, se hallan al borde del largo viaje y sin embargo ya no son capaces de soportarse. Hace poco hubo un crimen pavoroso: un anciano de 85 años mató a su mujer creemos recordar que a cuchilladas. Sociedad violenta que no consigue librarse de bajos impulsos ni siquiera en los instantes previos a la salida de este mundo. En fin, quizá el amor forme parte de un deseo tan utópico como la paz o la libertad, y justo por eso ha sido elegido.
Autor: Luis León Barreto
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