¿Derecho a la información o derecho a la intimidad?

En estos días en que la telebasura y la pseudoprensa amarillenta convierte en espectáculo de masas las vidas de los famosos y las sirven a los zombies que ejercen de telespectadores que tragan con todo y cuya capacidad de elección y de selección parece difuminada ante el putrefacto influjo de la caja tonta que tenemos que soportar actualmente, se produjo un hecho insólito y reconfortante a la vez en la sociedad patria. Telma Ortíz, hermana de la princesa de Asturias Letizia Ortiz , llevo a los tribunales a los medios de información por acoso continuado a su persona y a la de su familia. Y aunque la demanda no llego a buen puerto y la señorita Ortiz me da francamente lo mismo, sienta un precedente valiente a la hora de intentar cortar la maremagnum psicopática en que se ha convertido la prensa de nuestros días.


Ser famoso hoy día es un calvario. O mejor dicho, la prensa convierte la fama en un calvario. Hoy día, en nuestra prensa basura regida por la búsqueda del chismorreo fácil y de las mayores insignificancias y estupideces posibles, se persigue y se acosa al famoso de turno día si y día también a las puertas de su casa, de su trabajo, de sus familiares, etc, cual jauría de perros en busca de la liebre en fuga. Y no solo te persiguen, te provocan. En los aeropuertos, en las cafeterías, en las playas, se te meten dos o tres alcachofas en la cara mientras dos o tres cámaras más tratan de provocarte y sacarte una reacción para que encabece el programa del corazón del día, de entre los más de 10 que emiten diariamente, para nuestra desdicha, y encima muchos de ellos en horarios infantiles. Antes , los niños disfrutábamos de Heidi, Marco, Mazinguer Z y Espinete. Ahora los niños se tienen que tragar a Belén Esteban, Ana Obregón, Isabel Pantoja y demás fauna corazonera sin comerlo ni beberlo. Hoy día, la famosa frase del gran Groucho Marx esta más moda que nunca: “La televisión es muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me voy a otra habitación a leer un libro.”

¿Derecho a la información? De acuerdo, totalmente. ¿Derecho a la privacidad? Siempre. Me parece demencial que la gente que ha entrado en este circo basurero a vender su vida cuales mercaderes persas se quejen del acoso de la prensa cuando conviene y cuando no hay cheque de por medio para contar las historietas de faldas, camas y demás repertorio . Pero me parece igual de demencial que la gente que solo tiene la fama por dedicarse a su trabajo( llámese cine, música, etc) tenga que pagar por esto y estar todo el jodido día aguantando a 100 basureros en la puerta de su casa haciéndoles las mismas y repetitivas preguntas, y las persecuciones correspondientes a donde quiera que vayan, aparte de ser objeto todos los días de especulaciones varias sobre su vida privada. Y lo peor de todo es que esta serie de sanguijuelas se escudan en la libertad de prensa como coartada de este tipo de acoso mediático. ¿¿¿Pero es que estos señores se han leído la constitución alguna vez, mas concretamente el artículo 18-1º??? En estos se dice lo siguiente: “se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”. Claro está, en el 20 se dice recoge el correspondiente a la libertad de prensa. Pero es que un derecho se acaba cuando empieza el otro, y el acoso mediático más descarado no esta regido en el artículo, que yo sepa.


Hace poco , mi admirada y adorada a la par actriz británica Julie Christie, decía lo siguiente al respecto: “A los diarios les gusta escribir que soy una eremita. Pero, ¿de quién me he alejado? De acuerdo, no hablo con la prensa, hace tiempo que no hago películas, fui muy selectiva. Solo hago alguna de vez en cuando si me interesa ¿Por qué debería hablar con la prensa si no quiero promocionar una película o no acudo a un festival? La prensa cree que tiene el derecho de saber todo acerca de la vida privada de los demás. Y seguramente cree la gente que lee en estas revistas que tiene derecho a saberlo. Esto es muy peligroso. Es un mundo enfermo. Nadie tiene derecho a estar enterado de la esfera íntima de los demás". No podía estar más de acuerdo. El que se trabaje en el mundo del cine o de la música o del que sea no debería ser sinónimo de cuando termines de promocionar tu trabajo o de conceder entrevistas sobre el mismo seas perseguido y acosado en tu vida privada . Por eso, la iniciativa de Telma Ortiz de demandar a los medios de información por acoso personal me parece valiente e interesante a la vez. ¿Derecho a la información? Siempre, pero no a costa de acosar, provocar y humillar a la gente en su vida privada sólo por ser famosa y hacer su trabajo. Los tiempos de acoso y derribo creo que acabaron ya hace mucho tiempo. Antes del derecho a la información esta una cosa más valiosa aún que se llama derecho a la privacidad, y creo que hay una parte de gente “famosa” que no ha entrado en este circo mediático y agilipollado de vender su vida al mejor postor y sólo esta ahí por hacer su trabajo y dedicarse a ello y no creo que esa gente merezca ser acosada y provocada como delincuentes solo para el goce de los programas basura que infectan la parrilla diaria televisiva y de las masas borreguiles que los siguen porque no hay otra cosa que ver.

Para acabar, solo haría un llamamiento (en balde, por supuesto) a la cordura para que entre todos limpiemos un poco la televisión y los medios de prensa hoy día. Cualquier licenciado en ciencias de la información y periodismo sentiría vergüenza al ver los especimenes que reptan y babean por la prensa de hoy día autodenominándose periodistas, escudándose en el derecho a la información para buitrear de la manera más vergonzante posible y escarbando entre la basura para llenar paginas de revistas y parrillas televisivas para el disfrute y el engorde de los bolsillos de un puñado de directivos de moral barriobajera e inexistente que lo mismo les da con tal de subir los índices de audiencias.


Autor: Les habló Mister Lennon, desde Strawberry Fields.

6 comentarios:

Diana dijo...

Hola
Sería maravilloso que hubiera tanta telebesura si una poquita aunque fuera una poquita gente hiciera lo que tú.
Qué difícil me resulta entender que haya gente que se pasa horas viendo lo que le dicen que hace otros.
Con lo íntimo que es estar con un libro!
Me ha encantado volver a tu espacio.
Un biquiño desde Coruña.
Diana

Alfonso dijo...

Estoy de acuerdo con lo expresado en tu artículo, aunque incides poco en el hecho de que la fama es buscada por muchos utilizando a los medios de comunicación, a los que luego critican y rechazan una vez que ya han conseguido la fama o protagonismo buscado. El caso de Diana de Gales (Lady Di en el mundo mediático) es el más significativo.

Pero planteo algo más importante. Siempre que debato este tema acabo en el mismo punto. ¿La telebasura es responsabilidad sólo de los periodistas? Es decir, si nadie comprase el Hola para desnudar las intimidades ajenas se publicaría esa revista? ¿Si todos cambiásemos de cadena cuando emiten Aquí hay tomate, La Noria o cualquier otro programa similar, seguirían emitiéndose? La respuesta está clara: NO Si es así, la responsabilidad moral de que exista la telebasura y la prensa rosa es de quien la consume, no de quien la crea. Sobre esto los sociólogos están divididos, unos creen que los medios crean el interés por conocer la vida íntima de los demás, pero otros sociólogos creen que los medios no hacen más que proporcionar aquello que las personas desean ver o escuchar…

Al igual que ayer, te recomiendo que leas en elpais.com (edición digital) de hoy el artículo “Ridículo, desnudo y cornudo, pero famoso”. No tiene desperdicio. Explica cómo funcionan los espectáculos televisivos y analiza algunas causas para entender el afán social por ese mundo. El reconocimiento social es una de las claves; la sociedad postindustrial ha cambiado mucho frente a la del siglo pasado, y el conocimiento ya no da fama (el que tiene tres carreras universitarias no es culto o sabio, es un “empollón”, un “ratón de biblioteca”, un “aburrido”…), tampoco da fama siempre el ser rico. La principal vía de obtener fama, aunque sea efímera, es salir en televisión, el tótem de la era moderna…

Volviendo a lo planteado en el 2º párrafo, la película de Amenábar “Tesis” y en especial el final de la misma, debate este tema (aplicado a la violencia) de si los medios crean el interés o si sólo lo satisfacen.

Saludos

Anónimo dijo...

Graacias a Diana y bicos reciprocos.

Gracias tambien a Alfonso. Decirte tambien que acabo de leer el artículo del país que citaste y esta bastante bien elaborado y con una sútil ironía que me ha encantado.

Tambien bastante de acuerdo conque tan culpables son los que consumen la basura televisiva y piden la demanda de la misma como los que la ofrecen. Es un toma y daca vergonzante, una ley siniestra de la oferta y la demanda basureril, un circulo podrido y vicioso en el que ambas partes tienen el mismo olor de putrefacción y de culpabilidad y en el que ambas partes se almimentan mutuamente. Cierto es que hice más incidiencia en mi artículo en la parte ofreciente y menos en la parte demandante, pero es que yo veo que hay un mismo nivel de culpabilidad entre ambos lados del lamentable circo medíatico que son los medios amarillentos de hoy día. Si no hubiera gente que consumiera este lodazal, de acuerdo en las bajas audiencias matarian el invento. Pero no menos cierto es que si en los directivos y responsables de los medíos hubiera algo más de dignidad y moral, y no solo ansia de ganar pasta, la misma programación se moderaría bastante más y no valdría el todo por la pasta de lo que hacen tanta gala hoy día. Es el cuento del siempre, la pescadilla que se mordio la cola.

Y tampoco estoy nada de acuerdo con el ejemplo de Lady Di, pues me parece más una victima que otra cosa. Cierto es que cometio un error mayúsculo en su vida ofreciendo una entrevista en el fin de su matrimonio para contar algunas intímidades del mismo. Pero durante toda su vida , su unico delito fue el ser una benefactora de muchas causas sociales y de ejercer de princesa de Gales. Diana de Gales fue una persona excepcional, que colabora con todo tipo de causas sociales y nunca se beneficio de su estatus lo más minimo para aparecer en los medios de prensa y lucrarse más aun, sino todo lo contrario, utilizo su status para luchar a favor de muchas causas y colaborando en todo lo que podía en tantas y tantas obras. Pero la pseudoprensa basurera y despreciable de siempre hicieron presa en ella y no la dejaron respiro. Y lo que es más ,su muerte fue provocada por una persecusión de esa raza miserable y asquerosa conocida como paparazzi, que no la dejaban ni a sol ni a sombra. Si Diana de Gales fue ejemplo de algo fue de entereza, dignidad, caridad y compasión. Con un error lamentable, si, pero quien no comete errores , y más en este caso, ampliamente paliado por sus muchos otros aciertos.

Alfonso dijo...

Por cierto Lennon, si ya has revisionado "El crepúsculo de los dioses" también tenemos en ella la temática de la fama y sus consecuencias, pero no voy a decir nada ahora, confío en que ya la hará Fritz el martes...
Saludos

Queen Galadriel dijo...

Felicidades Lennon, por elegir este tema de debate.
Yo creo que son los medios de comunicación los que inducen al marujeo y cotilleo indiscriminado y sin respeto. La televisión bien podría motivar a la sociedad para hacer de los programas culturales un espacio lúdico que nos interesase a todos, pero una sociedad ignorante también interesa a muchos.
Por otra parte, yo no estoy del todo de acuerdo cuando dices que abusan de los que simplemente viven de su trabajo. No, la prensa rosa creo que suele acosar y hablar más bien de los personajillos que se prestan a ello vendiendo información sobre sus vidas. Así que en realidad tampoco se trata de personas que tengan mucho sentido de la dignidad, por lo tanto, a mí si la Belén Esteban sufre de ansiedad por el acoso mediático, no me quita el sueño.
Eso sí, me da pena y me preocupa que los niños crezcan viendo la tele e imitando a los personajillos de turno.
A la par que me da rabia que haya cientos de licenciados en periodismo en el paro y los programas los presenten los ex concursantes de Gran Hermano u OT.

Roberto Samper dijo...

Hola, este caso de la demanda a los medios de comunicación me llamó bastante la atención porque tal como dices ponía en tela de juicio la validez de dos artículos de idéntica protección (el 18 y el 20CE), siendo cuestión casi diría que del Tribunal Constitucional dirimir el límite de ambos.
Creo que en Mónaco ya se falló a favor de la familia real en un caso similar y mi opinión personal es que efectivamente los hábitos de los famosos en su esfera privada les conciernen sólo a ellos. Sin embargo sea culpa de los medios o de los mediatizados españoles, lo cierto es que ese tipo de prensa vende y además mucho. De otro modo no se explica la proliferación de esos programas y (a mí me parece aún más significativo) que cuando se plantea una alternativa, la audiencia es ínfima (baste por ejemplo la interesante colección de documentales de la 2 y su escaso éxito).

Además en contra de lo que pueda parecer, es un fenómeno social compartido por la mayoría de los países europeos, donde no se salvan ni los ingleses ni los alemanes, ni por supuesto los italianos, ni tan siquiera los avanzados holandeses, de cuya nación partió la idea del Gran Hermano, súmmun del voyeurismo y la coprofagia televidente.

Así las cosas, con el consuelo que supone internet y sus infinitas escapatorias a la mediocridad, el uso de la televisión en mi caso se reduce al típico episodio de los Simpson cuyos diálogos recitaría como si fuesen oraciones a un dios de la caja tonta; Saber y Ganar; Pasapalabra, a pesar del insoportable presentador y su "Hablar bien es gratis no ME sean tacaños" que me saca de quicio a diario; y algún que otro partido de un FC Barcelona que, como todos los veranos "Aquest any si".

Un abrazo