Poesía Femenina Japonesa

En esta penúltima entrega del ciclo o decálogo de poesía femenina, quería completar y diversificar la muestra incluyendo alguna creación del lejano oriente. Así, indagué un poco en el Haiku clásico japonés escrito por mujeres y encontré un estudio profundo y una labor de divulgación por parte de Alfredo Lavergne tal, que me impresionó hasta el punto de preferir recomendarla en lugar de simplemente extractar alguno de sus contenidos. Les ruego encarecidamente que visiten esta web para observar la evolución de dicho arte milenario.

Sin embargo, no quise conformarme con esta invitación y tras el gozo que supuso el descubrimiento de una revista electrónica que publica trimestralmente interesantes artículos acerca de la literatura y que goza del patronazgo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, continué con la labor de búsqueda de poemarios de féminas del país del sol naciente.

De ese modo tropecé con algunas obras de Kazuko Shiraishi, en su mayoría traducidas al inglés; y con ciertos comentarios que exaltaban la sonoridad del idioma y la necesidad de escucharlo para disfrutar en plenitud la obra de ésta y otras poetisas.

Finalmente me decanté por compartir con ustedes la obra de Satoko Tamura, precisamente por disponer de una lectura realizada en Colombia, con motivo de la Memoria del Festival Internacional de Poesía de Medellín, organizado por la revista Prometeo.

Satoko Tamura, nacida en 1947 en Wakayama, Japón, ostenta el cargo de Decana de la Facultad de Literatura de la Universidad de Tokio y ha encarnado durante décadas a la perfección el arquetipo de amante de las letras: traduciendo al japonés autores como Neruda, Mistral o García Márquez; dando vida a una creación poética premiada internacionalmente; participando en actividades culturales en medio mundo y trasladando al castellano la obra de algunos compatriotas suyos.

No es de extrañar por tanto que con una labor tan destacada, encontrar datos biográficos suyos y algunos poemas, traducidos al castellano sea relativamente sencillo y muy interesante al poseer su obra referencias que van desde la mitología clásica al cine de Hitchcock.

Espero que disfruten esta lectura de su poema Lactancia tanto como yo.



Lactancia

Como te dio hambre,
te despertaste buscando el pezón;
como los pechos se llenaron,
se despertaron buscándote
y la madre en la cama
se levanta y te toma en sus brazos.

A la medianoche
una nieve de flores
firmemente abiertas
tus mejillas junto a mis pechos,
la blusa desabotonada,
están heladas, sufrientes,
los párpados bajos,
se han colmado de lágrimas
que iluminan como portátiles
lámparas de papel.

¿Huele a hierba la leche?
¿Te ha dejado satisfecho?
¿Flotas ya en el sueño?

Tu sueño nunca se caerá
porque lo sostengo
con brazos de madre.

Madre e hijo
nos calentamos con la frescura
y el calor de la vida
y vamos subrepticiamente
por las noches
en que vienen los diablos.
Satoko Tamura


Autor: Roberto Samper

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sensual y tierno poema.
Con palabras iguales a las que usamos para cosas cotidianas ha sabido evocar una bella situación.
Fantástica.