Freaks de Cine, Pasen y Vean

Hoy me pongo mi bastón y mi chistera de charlatán de barraca de feria (esto es una chorrada como cualquier otra para ambientar algo el post) y advirtiéndoles a ustedes, mis queridos lectores, que no es un post apto para todas las edades y sensibilidades, advertidos quedan. Los monstruos siempre han resultado fascinantes para este quien les habla. Desde Drácula a Frankenstein, desde la momia hasta el hombre lobo, desde king kong hasta godzilla, desde el alien hasta el tiburón de Spielberg. Pero hoy nos detendremos en quizás los más entrañables y humanos, los fenómenos de feria o también conocidos como freaks.

Los fenómenos humanos, osease, los seres humanos nacidos con malformaciones varias han sido muchas veces exhibidos en los circos y ferias ambulantes, a veces bajo su consentimiento y a veces no. Se trata de una practica inhumana y repugnante, el hacer espectáculo y negocio con las desgracias humanas, pero salvando estas consideraciones necesarias, veremos como ha tratado estos temas el cine. Si bien hay muchos filmes que retratan la vida de este tipo de seres ya sea en primera persona o como secundarios, siempre ha habido dos films referencia de estos casos, duros y amargos, patéticos y conmovedores, entrañables y fascinantes, y de épocas bien diferentes. Estos son “la parada de los monstruos” de Todd Browining y “el hombre elefante” de David Lynch. Una historia ficticia, con algunos toques verdaderos y con personajes reales no actores encarnado a los personajes ficticios el primero de ellos, y una historia verdadera, con toques ficticios y con un actor encarnando al personaje real, el segundo. Si ya se que suena un poco rollo y me he embrollado más que una madeja, pero tiene su sentido, y a lo siguiente me remito.

“La parada de los monstruos” o Freaks en su titulo original, esta basado en las experiencias reales de su director Todd Browning, (director también del “Drácula” protagonizado por Bela Lugosi), que fue antiguo artista de circo y conoció a muchos freaks y fenómenos humanos en varios circos de comienzos de siglo. Le propuso la idea de esta película a la Metro, que aceptó encantada. Para ello se realizó un casting entre varios circos americanos y europeos y se reclutó a toda una colección de freaks reales para que protagonizaran el film. Entre ellos estaban: una pareja de hermanos enanos, un hombre tronco, una mujer barbuda, un hombre esqueleto, unas trillizas deformes y deficientes mentales, unos hermanos a los que le faltaban las piernas y varios enanos más. Todos ellos se prestaron voluntariamente a participar en la película encarnado a personajes bastante cercanos a lo que ellos eran en realidad, es decir, casi se interpretaban a si mismos. Excepto en el caso de los hermanos enanos Harry y Daisy, que eran novios en vez de hermanos en el film. La historia narraba la vida en un circo de seres deformes y otros artistas circenses y narra como la malvada y ambiciosa trapecista cleopatra se casa con el enano Hans después de que este heredara una gran fortuna, sólo con el propósito de envenenarlo después de la boda y quedarse con todo el dinero. Cleopatra está en realidad enamorada del forzudo del circo y entre ambos humillan y se burlan de Hans y de sus deformes amigos. Pero no cuentan con la venganza de éstos, que será más terrible de lo que puede imaginar. Según el lema de los freaks, el codigo freak “si haces daño a uno de nosotros, nos lo haces a todos”.



La película fue tan impactante en su momento que fue prohibida en muchos sitios y durante muchos años por la censura, debido a las escabrosas imágenes del film con los freaks reales y del patetismo de la historia. Pero con el paso de los años, la película se ha revalorizado como lo que es: una obra maestra de lo grotesco y de lo humano, un film imprescindible para entender la naturaleza humana y que lo de menos es el exterior. Y sobre todo para entender el alma y los sentimientos que tienen los freaks , tan humanos o más que cualquiera. El film en el año de su estreno, 1932, fue un fracaso y un problema para la Metro, que incluso muchas veces renegó de él. A día de hoy, se la reconoce como la joya del cine que es.

Y nos vamos incluso antes en nuestra particular maquina del tiempo. A finales del siglo XIX en el Londres victoriano. En él, un joven llamado Joseph Merrick era conocido como el hombre elefante debido a sus multiples deformidades físicas, debido a una rara enfermedad conocida como “el síndrome de Proteo”, que se suele dar en un caso entre mil. Fue rescatado de la feria donde era exhibido por un joven doctor y cirujano llamado Frederick Trevers, que le dio la oportunidad de vivir como un ser humano real y le cobijó en una de las habitaciones de su hospital. Pronto, Joseph Merrick, más conocido como el hombre elefante, pasó a ser una celebridad entre la sociedad victoriana de la época, que hacían cola para ver su aspecto y conocerle. Entre ellos, la actriz Madge Kendall, que trabó una sincera amistad con Merrick y le invitó muchas veces a su teatro. Algunos años después, Merrick moriría al acostarse en su cama con la cabeza en la almohada, asfixiado por el peso de su cabeza debido a la deformidad y tamaño de la misma. Dejo escrito un diario lleno de poemas y reflexiones acerca de su condición y su vida.
Ahora nos trasladamos al año 1980. El jocoso director y productor Mel Brooks quiere dar un cambio de registro a su carrera y se embarca en la tarea de producir una película lo más seria posible. Un libreto llega a sus manos, un guión basado en la historia de Joseph Merrick, el hombre elefante, y extraído de los libros escritos por Frederick Trevers, en los que le cambia el nombre a Joseph Merrick por John Merrick. La razón es desconocida a día de hoy. Para ello y después de ver una extraña película experimental titulada “Cabeza borradora” contrata al joven y extraño director americano David Lynch (el James Stewart que vino de marte, como le describio el propio brooks) y se pone manos a la obra con el casting. Un reparto encabezado por la propia esposa de Brooks, Anne Bancroft (la miss robinson de el graduado) como la señora Kendall, y con un reparto británico de lujo: John Gielgud, Wendy Hiller y el todavía casi desconocido Anthony Hopkins como uno de los protagonistas y narrador de la historia, Frederick Trevers. Aun faltaba por asignar el papel principal y el mas complicado de todos, el de John Merrick. Para ello se escogió al excelente actor británico John Hurt, debido a sus amplios registros interpretativos y su capacidad de adaptación a cualquier papel. Hurt, conocido a veces como el “Deniro británico”, se enfrento a un reto mayúsculo, 8 horas diarias de maquillaje para transformarse en el hombre elefante y el tener que actuar con un espeso y pesado maquillaje sobre todo su rostro , cabeza y cuerpo que le dificultaba hasta el extremo el habla, el andar, el ver, el escuchar o incluso la respiración. Pero aun así, Hurt pasó el reto con sobresaliente al demostrar toda una gama de sentimientos y sensibilidad debajo de su impactante maquillaje, siendo nominado al oscar por su actuación.



El film de Lynch, distinto a su mundo habitual, es toda una obra maestra de los sentimientos, humano, sensible y que reflexiona sobre la condición humana desde la optica de John Merrick, un ser humano inteligente y sensible que tuvo la desgracia de padecer una apariencia monstruosa. Un autentico heroe de nuestro tiempo que tuvo la dignidad y el coraje de intentar vivir y luchar contra su enfermedad y buscar la aceptación de una sociedad que le rechazaba y se burlaba de su aspecto. La película es tremendamente poderosa en lo que manifiesta, y consta de escenas tan duras y difíciles de ver como aquellas de la humillación de Merrick por el malvado portero del hospital y un grupo de borrachos y prostitutas, la paliza y la humillación a la que se ve sometido por el brutal Bytes, un ser cruel y ruin que le trata como su esclavo y le llama “su tesoro”, la emocionante conversación con miss kendall , la representación del teatro a la que asiste, la visita a la casa del doctor Trevers y las lágrimas de su esposa al contemplarle y al escuchar sus palabras (“ojalá mi madre estuviera orgullosa de mí si me viera, yo siempre he intentado ser una buena persona") o la persecución en la estación con el alegato final de merrick gritando a la multitud que le persigue “yo no soy ningun monstruo, no soy un animal, soy un ser humano, soy un... hombre” o el emocionante final con la muerte de Merrick al acostarse bajo los acordes del adaggio de strings.

Aparte de la emocionante historia, el film cuenta con otros muchos valores como la sobria dirección de Lynch, la ambientación, la magistral banda sonora de John Morris o las interpretaciones, sobre todo de esos cracks actorales llamados John Hurt y Anthony Hopkins, con el apoyo de secundarios veteranos y prestigiosos como Bancroft, Gielgud o Hiller.

En fin, dos films majestuosos sobre “monstruos” humanos, que nos hacen reflexionar y emocionarnos a la vez, y a que después de , quizas, horrorizarnos con el terrible aspecto de estos personajes, nos emocionamos con ellos y sintamos con ellos. Desde el desdichado John Merrick que se ocultaba tras su abrigo y su bolsa en la cabeza en las esquinas del Londres victoriano hasta los freaks del circo Barnum, revindicando sus derechos y el no aceptar ser humillados por nadie. Y es que después de todo, no es tanto lo que piden y tratan de conseguir: el ser considerados humanos.

Les hablo Mister Lennon, desde Strawberry Fields.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pedazo de reportaje tío! Que sería el cine o la vida en general sin los Freaks, Monstruos y de más seres marginados por la sociedad…

Este reportaje que has escrito, me emociona mucho. Soy un incondicional seguidor de este tipo de cine, forma de vida o movimiento cultural, no tengo ni idea de cómo definirlo, quizás yo pertenezca a este grupo de Freaks.

Películas de monstruos, Frankenstein viviendo en la soledad de su existencia sin que nadie pueda amarlo, Eduardo con tijeras en lugar de manos…me gusta mucho el cine de Burton por eso, no discrimina a nadie e intenta acercar a los ojos que miran con miedo, a estos seres diferente por fuera, pero que no dejan de ser humanos por dentro.

Pero haz tocado mi punto débil…El hombre Elefante. Humildemente te dejo algo que escribí en mi blog hace un tiempo sobre esta obra maestra. Espero que te guste.

No soy un animal! Soy un ser humano! Un Hombre!

Esta frase, mítica en la historia del cine, es el claro ejemplo de que a veces no se sabe si es mejor ser un monstruo, que un hombre.

David Lynch dirigió esta película basada en una historia real, la historia de Joseph Carey Merrick, conocido también como El Hombre Elefante.

Merrick se hizo famoso a finales del siglo XIX, por las terribles malformaciones que padeció al nacer. Durante su vida, lo trataron como si fuera una animal de circo, exponiéndolo al público metido en una jaula y humillándolo hasta límites insospechados.

Sólo en los últimos años de su vida, consiguió un poco de sosiego, gracias a la ayuda de un cirujano, que en la película es interpretado por otro "monstruo", Anthony Hopkins, que se humanizo con él.

Y es que detrás de toda aquella deformación de Merrick, se hallaba una gran persona, educada y amable. En la película, se ve claramente plasmada, como era la actitud del hombre en cuanto aparecía un ser diferente. David Lynch nos hace una precisa radiografía de lo crueles que podemos llegar a ser.

El monstruo somos nosotros.

Supuesto amigo Lennon, hay una serie que esta muy bien, Carnivale. Trata sobre el mundo del Circo y sus seres estrafalarios, es de género fantástico. La vi en versión original hace ya un tiempo…pero esta genial.

Hay un libro que me gusta mucho, son poemas e ilustraciones creadas por el propio Tim Burton y habla sobre personajes extraños, solitarios y diferentes, La Melancólica Muerte Del Chico Ostra…intento leerlo muy a menudo, para recordarme que en el día a día, nos topamos con gente que rechaza a estas personas por ser diferentes.

Un saludo, enhorabuena por el Post

Anónimo dijo...

Gracias, amigo. La verdad es que la figura del freak siempre me ha atraido tambien, y es que yo creo que nos ha atraido a todos. ¿Quien no se ha sentido outsider o freak alguna vez en su vida? ¿ quien no ha sido rechazado alguna vez en su vida? La soledad y la poetica del freak, el ser diferente que se rebela contra la sociedad que le fustiga , es una figura tragica y heroica a la vez, y muy utilizada tanto en el cine como en la literatura como en otros muchos campos. Incluso podriamos hablar de freaks de la musica como David Bowie o Marlyn Manson.

Me ha encantado ese escrito tuyo sobre el hombre elefante, uno de los mayores heroes que han exisitido y una pelicula realmente conmovedora y hermosa.

Tambien se me olvido hablar sobre los freaks de tim burton como eduardo manostijeras, el jack de pesadilla antes de navidad o el pinguino de batman vuelve, o incluso el mismo batman. Pero es que son tantos los freaks en el cine que es dificil acordarse de todos. Y si, he leido el libro de burton y es una jodida maravilla, y el chico ostra otro grandioso personaje. Ojala hiciera algun dia una pelicula sobre el chico ostra.

La serie esa que comentas no la he visto. Donde la han pasado o la pasan?


Pero me sumo a tu alegato, los freaks al poder!!!