"Está bien, seré dulce", Julia Prilutzky

Quisiera terminar esta semana el miniciclo de poesía femenina que hemos venido compartiendo en estas líneas con la voz de Julia Prilutzky autora nacida en Ucrania que desde muy joven emigró a Argentina donde se doctoraría y se convertiría precozmente en una figura de gran importancia para la lírica de ese país.

De entre su obra en mi opinión destaca uno de sus aclamados sonetos llamado “Está bien, seré dulce”, sabio reflejo de la situación de sumisión y desintegración de la personalidad que se da a menudo en las parejas; uniones que lejos de ser la suma de dos individuos, tienden a ser un ente amorfo de personalidad única, dependencia extrema y raciocinio aglutinado.

Los versos de Priluztky, por tanto, no creo que deban entenderse como una oda al sometimiento del mal llamado sexo débil, ya que no sólo juega con el ser y parecer desde el comienzo del soneto, sino que además, como todos habrán observado, no es este un fenómeno exclusivo del género femenino, sino una tendencia más generalizada entre ambos sexos de lo que sería conveniente.

Así, quizás fruto de la alargada sombra que supone esa lacra social que denominada violencia de género, cuyo primer y más importante mecanismo de defensa es su identificación por parte de quién lo sufre, y haciendo apología de la independencia de cada miembro de las parejas, creo que estos dos cuartetos y dos tercetos sirven de colofón a una iniciativa que durante diez semanas ha intentado integrar y resaltar la importancia de la mujer en el mundo de la poesía.

Sin más preámbulos les recomiendo este soneto de Julia Priluztky.

ESTÁ BIEN, SERÉ DULCE...
Está bien. Seré dulce y obediente
o lo pareceré. Te da lo mismo:
Necesita, de pronto, tu egoísmo
que yo me quede así, sumisamente,

Sin sufrir, sin dolor, sin aliciente,
sin pasiones al borde del abismo,
sin mucha fe ni un gran escepticismo,
sin recordar la esclusa ni el torrente.

Necesitas las llamas sin el fuego,
que el fuego del amor no sea un juego
y que esté el rayo aquí, sin la tormenta.

Quieres que espere así, sin esperarte,
que te adore también sin adorarte
y estar clavado en mi, sin que te sienta.
Julia Prilutzky

Autor: Roberto Samper

2 comentarios:

Alfonso dijo...

Es una pena que termine este ciclo de poetisas pues, aunque desconocidas para el común de los lectores, entre los cuales me cuento, he disfrutado de su lectura y de la selección realizada.

Especialmente han sido dos las que más me han gustado: esta última de Priluztky por su tono amargo que describe muy bien esa situación en la que nunca debe caer uno de los miembros de la pareja, sea mujer o sea hombre, pues nosotros también podemos sufrir sometimiento y vivir el amor como una renuncia cotidiana…; y el de Aicha Bassry, canto a la nostalgia de la persona amada, a la nostalgia de la calidez que sólo se siente con el verdadero amor.

Gracias y saludos

Anónimo dijo...

Este post ha sido uno de mis preferidos. Se agradece esta forma atractiva de poder acercarnos un poquito, cada semana, a la poesía.
A mí me gustaría destacar de esta obra que nos has presentado, el soneto: “ Dile que no me tema, amor, y dile”. Precioso.