Heroicidad Rechazada

El tema de la violencia de genero es una lacra que lleva azotando a nuestro mundo desde los principios del mismo, pero en los últimos tiempos la cosa se ha extendido y llegado hasta unos extremos harto dolorosos y difíciles de comprender. En el pasado mes de Agosto, En Andalucía, un profesor llamado Manuel Neira intento defender a una mujer que estaba siendo brutalmente agredida por su pareja, un toxicómano llamado Antonio Puerta. El sujeto en cuestión agredió salvajemente a la vez al profesor Neira , causándole heridas muy graves y dejándole en un estado de coma profundo. El valeroso gesto de Neira ha sido premiado con la medalla al valor por concedida por el gobierno, aunque a el de poco le servirá.


Pero para sorpresa de propios y extraños, he aquí que aparece la señorita agredida por el energúmeno drogata en cuestión y no solo se aprovecha del desgraciado suceso para hacer un tour por los programas de la telebasura y hacer caja, sino que además defiende a capa y espada a ese ser que tiene como pareja con la excusa de que esta enfermo y demás, y argumenta contra el hombre que la defendió a costa de su propia vida, soltando perlas tales como: “ nadie le pidió que se entrometiera” o “ mi novio es un enfermo y no tiene la culpa” o “a los enfermos no se les insulta o se les ataca”. Increíble pero cierto.

Aparte de la ignorancia y la ambición por ganar pasta de la señorita en cuestión, en esta actitud queda patente el meollo del problema de la violencia de genero hoy día, o uno de los meollos: la sumisión. La inexplicable sumisión de la victima o mujer maltratada ante su pareja( o simulacro de pareja, porque un sujeto que actúa de esta manera difícilmente puede ser considerado pareja), la farsa que se monta para intentar comprender al agresor, la excusa de una enfermedad mental o adicción del sujeto, el perdón de la agredida que siempre se traduce en un tiempo prudencial y el regreso de la violencia una y otra vez, etc. Este es sin duda el cáncer de la violencia de genero, la sumisión y el perdón. Partiendo de la base de que una persona que comete estos actos de violencia y agresión a su pareja debe de tener algún problema grave ya sea mental o adictivo, lo peor que puede hacer la mujer agredida es dejar pasar el tema y perdonar a su pareja tratando de comprender su problema. Es algo reconocido por psicólogos, muchas veces el amor es ciego y el dejar pasar la primera bofetada por el reflejo del ser perfecto que puede llegar a ser y nunca será es clave en el devenir de los acontecimientos. Por eso siempre la mujer agredida debería hacer acopio de fuerzas y decir ese “NO” tan necesario ante la primera bofetada y terminar de inmediato con la relación y saber atajar el problema de raíz. Sino, si ese “no” se traduce en el “sí” sumiso y el “te perdono, continuemos con lo nuestro”, la violencia continuara y el cáncer se extenderá por el cuerpo de la relación , convirtiéndose en algo habitual en la misma.

Hoy día los sucesivos crímenes y agresiones a la mujer es el pan nuestro de cada día y cenamos, almorzamos y desayunamos con ello en las noticias. Por eso la heroica acción del profesor Andaluz Manuel Neira y la estúpida e incomprensible reacción de la pareja del agresor nos hace ver una vez más lo grave de este problema y cuales son las posibles soluciones para el mismo. Nadie se merece el dolor y el sufrimiento solo por un amor que nunca se plasmará de una manera normal, comprender eso es vital para que nos desayunemos con la noticia de que no hay noticia, de que no hay más agresiones ni crímenes entre parejas.

Autor: Les hablo Mister Lennon, desde Strawberry Fields.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi es la telebasura, siempre sacando dinero de las miserias de las pobres gentes de este mísero mundo. Deberiamos dejar de ver television, y asi no se verian mas cosas de este tipo.

Anónimo dijo...

Gracias Mr. Lennon por tu reflexión.
Este hecho ha sido una brutal agresión a la solidaridad, a la inteligencia, a la gratitud.
¡Qué triste! que este hecho nos lleve a comprender que casi no tenemos esperanzas de ser humanos.

Anónimo dijo...

No me gustan los anónimos. Pero creo que algo funciona mal. Por eso escribo de nuevo para firmar mi comentario anterior, soy Rosario Valcárcel.